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Muy a menudo tenemos serias dificultades en iniciar inspiradamente un texto. ¿Y qué decir de encontrar aquel  final apropiado?. En fin, nosotros tenemos soluciones para todo...

CINCO PRINCIPIOS                                  
Se trataba de un muchacho corriente: en los pantalones se le formaban rodilleras, leía historietas, hacía ruido cuando comía, se metía los dedos en la nariz, roncaba en la siesta, se llamaba Armando. Corriente en todo, menos en una cosa: tenía Otro yo.        
Olegario no sólo fue un as del presentimiento, sino que además siempre estuvo muy orgulloso de su poder. A veces se quedaba absorto por un instante, y luego decía: “Mañana va a llover”. Y llovía.
Ambos somos feos. Ni siquiera vulgarmente feos. Ella tiene un pómulo hundido. Desde los ocho  años, cuando le hicieron la operación. Mi asquerosa marca junto a la boca viene de una quemadura feroz, ocurrida a comienzos de mi adolescencia.
La muchacha abrió los ojos y se sintió apabullada por su propio desconcierto. No recordaba nada. Ni su nombre, ni su edad, ni sus señas. Vio que su falda era marrón y que la blusa era crema. No tenía cartera. Su reloj de pulsera marcaba las cuatro y cuarto. Sintió que su lengua estaba pastosa y que las sienes le palpitaban.
Era la última hormiga de la caravana y no pudo seguir la ruta de sus compañeras. Un terrón de azúcar había resbalado desde lo alto, quebrándose en varios terroncitos. Uno de éstos le interceptaba el paso.

Mario Benedetti

 
41.-Continuad uno de los cinco principios hasta completar un relato. Ir al solucionario
 
Y CINCO FINALES                                   

Tenía la cara pálida, viscosa. El húmedo cigarro se le había caído sobre el pecho que ahora ya no se hamacaba en el blando jadeo. Los ojillos vidriosos se hallaban clavados en nosotros con una burlona sonrisa.       

Me costó cerrar los párpados en ese rostro que alumbraba la sonrisa de un muerto. Después bajé corriendo.

Se rieron los dos y entrelazaron sus dedos. Con el índice y el mayor de la otra mano, él atenaceó la garganta y simuló que se la iba a cortar a tijeretazos, aumentando  a cada tajo el borbotón de esa risa que parecía llegar de un parque con árboles, palomas y niños jugando al atardecer.

El cuerpo de la mujer siguió rodando la falda pedregosa, hasta que un matojo de espinos detuvo su caída, junto al manantial.

-¿Pero qué es lo que tienes?
Delmira no contestó. Tenía las dos manos apretadas contra el pecho y empezó a arrullar suavemente a lo que estaba adentro.

Augusto Roa Bastos

 
42.-Inventa el principio de alguno de los finales propuestos. Ir al solucionario
 
ESQUELETOS DE HISTORIAS                                   

María, 16 años, mala estudiante, teleadicta. Un día, un "guaperas" televisivo la llama con insistencia desde la pantalla...

Javier, 17 años, rico, triunfador, caprichoso, despreocupado. Una noche tiene un sueño intranquilo. Al despertar percibe, asombrado, que está en Ruanda, o en Bosnia, o en Palestina, o en un barrio de Río de Janeiro...

Una anciana vive sola en el campo. Un buen día coge a su gato y se traslada a la capital en busca de un cuadro. La atropella un tranvía.

Chico y chica. Jóvenes, bien parecidos, ricos. Sus padres no aprueban su relación. Se ven a escondidas. Él tiene un accidente. Ella...
 
43.-Elegid un esqueleto de historia y desarrolladlo. Ir al solucionario
 
44.-Reduce tú "a los huesos" tres novelas, películas, cuentos u obras de teatro que te hayan gustado.Ir al solucionario
 
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