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Tomemos  la historia de nuestra Caperucita y realicemos la labor de  destrozarle la reputación a tan tópico personaje. por cierto ¿alguna vez os habéis preguntado que pasó con el abuelo que no aparece por ninguna parte? ¿se había muerto hacía mucho tiempo? ¿huyó de la pesada de su mujer? ¿lo mató la propia abuelita? ¿por qué vivía sola la abuelita en medio de un bosque lleno de animales peligrosos? ¿y el padre de Caperucita? ¿era su madre una madre soltera? ¿había sido fruto de una inseminación artificial? ¿Odiaban a los hombres las mujeres de esta extraña familia? ¿Tan cruel era la madre de Caperucita como para dejar sola a una ancianita que además era su madre? ¿ni siquiera pensó en una residencia donde al menos la abuelita viviría segura? ¿por qué en lugar de comida no le llevaron a un médico si es que se encontraba enferma? ¿era una anciana rica y la madre de Caperucita quería heredar?...

No es de extrañar que el lobo (¿justiciero disfrazado?) se comiese a la abuelita y a la nieta. Lo que parece raro e imperdonable es que no se comiera también a la petarda de la madre.
Así las cosas, está perfectamente justificada nuestra labor de reventacuentos.

Había una vez en un pueblo una niña, la niña más linda que se haya visto jamás, su madre estaba loca con ella y su abuela mucho más aún. Esta buena mujer le mandó hacer  una caperucita roja, y le quedaba tan bien, que en todas partes la llamaban Caperucita roja.
Un día que su madre había cocido y hecho tortas le dijo:
-Vete a ver cómo se encuentra tu abuela, pues me han dicho que estaba enferma; llévale una torta y este tarro de mantequilla.

Charles Perrault

Había una vez, (y no pienses que habrá más veces en tu vida, por muy optimista que veas el panorama, las cosas suceden una sola vez, lo que se repite no es que sea caricatura, sino copia, remiendo que es menos inteligente actividad que la caricatura) en un pueblo (pero no en un pueblo cualquiera, porque la gente piensa que en todos los sitios se cuecen habas y narraciones fantásticas, pero es mentira, los pueblos tienen las historias que se merecen sus gentes y existen muchos que no dan la talla ni para un cuento, ni una fábula, éste del que hablamos dio cuerda para muchos siglos, pero nadie supo su nombre) una niña, la niña más linda que se haya visto jamás, (en realidad era una niña más bien del montón, lo que ocurre es que Perrault era un fantasioso y un poco miope, de ahí que incurra en tamaña exageración). Y su madre está  loca con ella. (En efecto, su madre estaba loca de atar, porque no sabía qué hacer con aquella terrible criatura, pues la niña se pasaba el día persiguiendo al gato, haciendo puntería en los pucheros de la cocina, maldiciendo  a todas horas la desgracia de haber nacido en un bosque sin más compañía que los animales del bosque, que, ¡menudos animales!). Y su abuela mucho más aún. (Bueno, lo de la abuela era ya de psiquiátrico, a la pobre mujer no la habían internado porque en ésta época, que es una época muy extraña, los hospitales aún no internaban a los locos, porque no tenían muy claro lo que era un loco, pero la abuela lo estaba por culpa de su nieta, tanto es así que cada vez que se enteraba de que venía a su casa, se subía al desván y no bajaba hasta que la niña se había marchado)...

 
45.-Somete a un fragmento de algún cuento clásico (el que más rabia te dé), al mismo proceso al que se ha sometido el fragmento del ejemplo. ¡Permítete el lujo de reventar alguna odiosa historia!... Ir al solucionario
 
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