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	Provincia de Lleida
 
    Sant Sadurní de Llordà
 
    (Isona, Pallars Jussà) 
 
42º 06,947'N ; 1º 05,441'E    
 
  
  Situada dentro del
  
  recinto fortificado de Llordà encontramos los restos de lo que fue una 
  iglesia dedicada a Sant Sadurní.
  
  Las primeras noticias del castillo datan del siglo X. La iglesia fue 
  consagrada por primera vez en 1040.
 
  A 
  principios del siglo XI, los condes de Urgell, Eremengol II y Constanza, 
  vendieron a Arnau Mir de Tost una serie de bienes, entre los que se encontraba 
  el castillo de Llordà y la iglesia de Sant Sadurní.
  A 
  la muerte de éste, el castillo y el templo volvieron a manos de los condes, 
  que cedieron el control al obispo de Urgell.
  La 
  canónica de
  
  Sant Pere de Àger reclamó la posesión del templo, pues así constaba en el 
  testamento de Arnau Mir de Tost.
 
  
  Hacia finales de ese mismo siglo, una comunidad de canónigos se instaló en el 
  templo de Sant Sadurní, para fundar una canónica.
  
  Probablemente, es en este momento que se reforma o construye un nuevo templo, 
  consagrado por el obispo de Urgell, Bernat Guillem, el 6 de julio de 1085. Los 
  canónigos, afines al obispo de Urgell, intentaron devolver el control del 
  templo al obispado, a lo que se negó la comunidad de Àger.
  La 
  disputa terminó con la intervención papal, que en 1092 confirmó la dependencia 
  de Sant Sadurní respecto a Sant Pere de Ager.
  De 
  ahí que la comunidad de monjes dejó Llordà y se trasladó a la cercana iglesia 
  de
  
  Santa María de Covet, que estaba bajo la jurisdicción de la Seu d'Urgell.
 
  La 
  iglesia era la parroquia del pueblo de Llordà, hasta que el castillo perdió su 
  valor estratégico y el núcleo de población se desplazó hacia el sur-oeste de 
  la fortaleza.
  Al 
  abandonar el castillo también se fue abandonando el templo, hasta que el 
  abandono fue definitivo a raíz de la desamortización de la antigua canónica.
 
  De los restos conservados de este templo, podemos deducir que se trataba de 
  una iglesia con planta basilical y tres naves, coronadas al este por tres ábsides 
  semicirculares.
  
  Las naves laterales eran más cortas que la central, un modelo bastante 
  primitivo y característico del siglo X.
 
  La 
  separación entre naves se hacía mediante arcos formeros de medio punto, que 
  terminaban en pilares rectangulares.
  De 
  estos se han conservado los que separaban la nave central de la de mediodía.
 
  La 
  nave de tramontana ha desaparecido casi por completo, sólo conservándose su 
  perímetro y la base de los pilares de los arcos que la separaban de la nave 
  central.
 
  
  Todavía podemos ver el arranque de la bóveda de medio punto que cubría la nave 
  central y que estaba reforzada por dos arcos fajones de medio punto.
  
  Estos se apoyaban en una fina pilastra adosada a los pilares, que servían de 
  separación de las naves.
 
  
  Posteriormente, pero dentro del periodo románico, se adosó la torre campanario 
  en el ángulo suroeste.
  Se 
  trata de un campanario de tipo lombardo, característico del siglo XI, decorado 
  externamente con lesenas y arcos ciegos.
 
  Se 
  comunicaba con la nave sur mediante una pequeña puerta de medio punto, sobre 
  la que encontramos un ventana en forma de cruz.
 
  
  También estaba decorado internamente con motivos lombardos a base de arcos 
  ciegos y lesenas, como aún se puede ver en lo que queda del muro norte y 
  especialmente en el muro este.
 
  En 
  la última restauración, se ha vuelto a construir la bóveda, que ayuda a la 
  estabilidad del conjunto y evita la entrada de agua y las filtraciones, que 
  puedan deteriorar la torre.
 
  Al 
  sur del templo, se conservan pequeños fragmentos de muros, que probablemente 
  formaron parte de las dependencias canonicales, pues la fábrica constructiva 
  es la misma que la del templo.
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