Se tienen noticias que en el siglo X existía un monasterio en este lugar, que se unió al de Sant Serni de Tavèrnoles. 

De la iglesia de sant Martí, construida entre los siglos XI y XII, sólo nos han llegado algunos muros perimetrales y su torre de campanario. 

Por los restos que nos han llegado podemos decir que el templo tenía una sola nave con planta rectangular y acabada en un ábside semicircular. La bóveda estaba reforzada con arcos fajones, que se apoyaban en pilares adosados, que todavía se conservan en el muro norte.

La torre tiene planta cuadrada, es de tipo lombardo y alcanza a los 17 metros de altura. Está dividida en seis plantas. Las dos primeras no tienen ningún tipo de apertura. En la tercera se hicieron cuatro pequeñas ventanas, una en cada muro, en forma de saetera. Los tres últimos pisos corresponden a la parte más esbelta de la torre, donde se ubicaban las campanas. Están separados entre ellos por frisos con arcuaciones ciegas. En cada planta encontramos dos ventanas de medio punto en cada muro. Las del tercer piso eran geminadas, si bien la del lado este fue modificada y convertida en dos ventanas independientes.