Situada dentro el antiguo recinto fortificado de Oliana, domina el valle, como también lo hace el santuario de Santa Maria de Castell-llebre, en la otra riba del Segre.

Antiguamente la villa de Oliana estaba situada en la parte alta de un cerro, cerca del Roc de les Hores. En el siglo XVI el castillo y el pueblo fueron abandonados, y la población se instaló en la llanura. A partir de este momento las edificaciones se fueron derruyendo. Actualmente sólo quedan algunos muros del castillo y el templo de Sant Andreu, restaurado en 1978.

El templo tiene planta rectangular, cubierta con bóveda de cañón y reforzada con tres arcos fajones. La nave desemboca al este en un ábside semicircular. Está decorado externamente siguiendo el modelo lombardo con lesenas y arcos ciegos. Es de grandes dimensiones, al tener que salvar el fuerte desnivel de la zona. 

Las dos puertas de acceso se encuentran en el muro norte. Son dos pequeñas aperturas con arco de medio punto dovelado. 

A través de la pequeña ventana que hay en una de ellas pude hacer esta fotografía, que muestra el doble arco de medio punto que permite el acceso al campanario. 

La gran torre fue adosada al muro sur posteriormente. Tiene planta cuadrada y una altura de tres pisos. El inferior es un gran zócalo de piedra en el que no encontramos ninguna apertura, sólo los las necesarias para el  andamio, típicos de la arquitectura lombarda.

En las dos plantas superiores se abre una ventana de medio punto en cada muro, enmarcadas entre lesenas esquineras.  Las del piso superior están protegidas por un arco de medio punto.

El poblado medieval se extendía al sur del templo. Las casas eran de pequeñas dimensiones, formadas por una única habitación. Sus muros exteriores formaban la muralla que rodeaba la población. Del castillo y del pueblo sólo quedan en pie algunos muros.