El templo que podemos ver en la actualidad se construyó durante el siglo XII, probablemente sobre las ruinas de uno anterior, que se decidió ampliar.

El templo está formado por una única nave, que fue reformada en el siglo XVI, cuando se sustituyó la cubierta original y se abrieron unas grandes ventanas en el muro sur. El presbiterio, más estrecho que la nave, está cubierto con una bóveda apuntada, que se acaba en un ábside semicircular y con bóveda de cuarto de esfera.

En la bóveda del ábside se pueden ver restos de pinturas murales de época gótica. Están en un estado de conservación bastante deficiente y sólo se pueden identificar algunas imágenes como un ángel o las murallas de una ciudad. Se desconoce si detrás el retablo del siglo XVI también se conserva algún fragmento de pintura mural.

En el arco triunfal encontramos dos capiteles esculpidos con motivos vegetales y animales Una línea de imposta esculpida con bolas, que se inicia en los capiteles, recorre todo el ábside.

Una puerta de medio punto, decorada con una arquivolta que se apoya en dos columnas con los capiteles esculpidos con aves, da acceso a la sacristía. Protege el conjunto un guardapolvo ajedrezado.

Al entrar en la sacristía nos encontramos con una interesante sorpresa. Esta estancia se construyó posteriormente y dejó oculta buena parte del ábside. Por suerte, durante la restauración que se hizo en 1996, se dejó a la vista el muro absidal permitiendo la visión de sus ventanas y los canecillos que hay bajo la cornisa.

El ábside está dividido exteriormente con columnas adosadas, que tienen capiteles historiados. En cada uno de los tres espacios en que se divide el ábside encontramos una ventana. La del lado sur fue ampliada en el mismo momento que las de la nave. La central queda oculta por la sacristía y la que podemos contemplar tal y como fue construida es la del lado norte. 

Entre dos líneas de imposta, la inferior ajedrezada, encontramos una ventana en forma de aspillera por la parte exterior y abocinada por la parte interior. Está protegida por dos arquivoltas, la más interior en forma de bocel y la exterior ajedrezada. Estas se apoyan en un par de columnas con capiteles esculpidos con figuras humanas. En el tímpano hay esculpidas varias estrellas de cinco y seis puntas circunscritas.

En el muro sur encontramos una galería porticada de características similares a la de la vecina iglesia de San Miguel , si bien, al ser unos años posterior, se pueden observar algunas mejoras técnicas como por ejemplo unos arcos más esbeltos.

En el muro sur encontramos nueve arcos, los tres más occidentales son de factura posterior. En el muro este también se abren dos arcos. Son de medio punto y lisos. Se apoyan en columnas cortas con grandes bases y capiteles. En ellos se encuentran representados personajes con turbante y túnica, uno de ellos con doble cola, y animales. Tanto unos como los otros son de clara inspiración oriental.

Bajo el tejado de la galería, así como en la del presbiterio y el ábside encontramos algunos canecillos esculpidos. Desgraciadamente no se han conservado demasiados por culpa de la erosión.

La puerta de acceso está formada por tres arquivoltas de medio punto en gradación. Estas se sostienen en dos parejas de columnas. La más interior es doble y está decorada, como la arquivolta, con un motivo en forma de cuerda. La arquivolta exterior está decorada con flores circunscritas. Los capiteles, en cambio, tienen motivos animales, entre los que se puede ver un águila, una serpiente con una presa y un cuadrúpedo. En el capitel exterior del lado izquierdo podemos ver a dos personajes. Uno de ellos vestido con ropa musulmana. 

Junto a la portalada, en el siglo XVI, se construyó el sepulcro  del caballero Vidas Pascual, autor del milagro del "Vado del Cascajar". También podemos ver los escudos de los marqueses de Villena, antiguos señores de la villa y que quisieron alabar al célebre caballero.