Provincia de Barcelona


Sant Pere de Casserres
(Les Masies de Roda, Osona)

42º 0,158'N ; 2º 20,527'E      




Un documento de compra-venta del año 898 nos habla de un castillo en este lugar llamado Castroserras, situado dentro del término de la ciudad de Roda y la propiedad de los vizcondes de Osona, posteriormente también vizcondes de Cardona. Del castillo casi no nos queda ningún resto, al menos mientras no se haga ningún estudio arqueológico. La más importante son los restos de una torre localizada a pie de la carretera que lleva hasta el monasterio de Casserres.


Sabemos que antes del 1.006 este castillo tenía una iglesia dedicada a San Pedro, alrededor de la cual había un núcleo urbano y un cementerio con tumbas antropomorfas. De la iglesia y del pueblo no nos ha llegado ningún resto sólo algunas tumbas antropomorfas de los siglos IX y X. A principios del siglo XI se empieza a edificar el actual conjunto monástico por orden de los vizcondes.


Una leyenda dice que el cenobio fue fundado por los vizcondes de Cardona cuando murió su hijo. Este dijo a sus padres que no viviría más de treinta días, justo tres días después de haber nacido. También les dijo que sus restos tenían que ponerse en un arca sobre una burra y donde ésta detuviera debían construir un templo dedicado a San Pedro, nombre de pila del niño. Durante siglos se veneró el cuerpo de este niño en una abertura practicada en el lado norte del ábside principal, hasta que los últimos propietarios se lo llevaron a su casa antes de vender el cenobio a Caixa de Manlleu.


No sabemos cuánta parte de la leyenda es verdad y cuánta fruto de la inventiva popular. Lo que es cierto es que el cenobio se empezó a construir en época del vizconde Bermon, que murió sin hijos. Su abuela Ermetruit, sin embargo, fue la que inició la recaudación de fondos, entre los que se encontraban los terrenos que donó el vizconde Ramón, el padre de Bermon. Estas donaciones fueron recogidas entre los años 1005 y 1006.

A pesar de estas primeras dejas, los vizcondes de Cardona irán "olvidándose" del cenobio en favor de Sant Vicenç de Cardona. Por este motivo Sant Pere de Casserres irá perdiendo poder y monjes, pasando a convertirse en un simple priorato, por no poder mantener los doce monjes necesarios para continuar como abadía.


En 1079 fue unido a la abadía de Cluny por decisión de los vizcondes. Casserres se convirtió en el centro de las posesiones que tenía el cenobio francés a tierras catalanas.

A partir del siglo XIV comienza la decadencia del cenobio debido al despoblamiento de la zona. También sufrió numerosas disputas con el obispo de Vic e incluso fue asaltado. Los desperfectos que fue sufriendo el templo fueron tan importantes, que en 1410 fue necesario hacer numerosas reparaciones. Esta situación fue a peor, especialmente a partir de la existencia de abades comendatarios. En el siglo XVI sólo residen en el cenobio un monje y algún presbítero. En este momento el rey ordenó la anexión de Casserres al colegio de Jesuitas de Belén de Barcelona. Esta dependencia se mantuvo hasta el 1767, cuando el rey Carlos III decretó la expulsión de esta congregación.

Nos encontramos ante un edificio singular, debido a su ubicación en una península que forma un meandro del río Ter.


Lo primero que se construyó fue la iglesia y las dependencias del ala este del claustro.


El templo tiene prácticamente una planta cuadrada, debido a la estrechez del risco, lo que no permitía unas naves más largas. Así pues presenta tres naves, divididas en dos tramos.


En el centro, dos pilares cruciformes sirven de apoyo a los arcos torales y formeros.


Sorprende encontrar un muro de más de dos metros de altura que separa el primer tramo de la nave central de la del lado norte, pero en la que se localizaron restos de pinturas murales, que ya no se conservan en el templo.


En las galerías de estudio del Museo Episcopal de Vic se conserva un pequeño fragmento de pintura mural datado a finales del siglo XII. Se cree que se representa la cabeza nimbada y parte del hombro de la Virgen.


En el claustro del monasterio se conserva un pequeño fragmento de pintura mural, que parece representar la cabeza de un pájaro.


Desafortunadamente la gran mayoría de fragmentos de pintura mural procedentes de este monasterio se conservan en una colección particular. Tres fragmentos fueron extraídos del ábside, uno de un pilar y un tercero de la galería de poniente del claustro.

En uno de los fragmentos del ábside vemos representados cortinajes de color blanco, sobre los que hay unas cenefas de colores negros y rojos. En dos otros fragmentos se pueden ver motivos horizontales de tipo geométrico, entrelazados y en zigzag. Debajo suyo hay unos motivos florales.

El fragmento que decoraba uno de los pilares está en muy mal estado de conservación. Está formado por dos líneas paralelas que enmarcaban una inscripción, hoy desaparecida. A su alrededor toda una serie de círculos concéntricos.

Por último analizamos el fragmento que corresponde a la galería del claustro, también en bastante mal estado de conservación. Es una especie de tapiz decorado con motivos vegetales, que conforman una especie de rombos, en cuyo interior hay pájaros y otros elementos vegetales.

En el templo se conservan in situ algunos fragmentos de pinturas murales muy erosionadas. Los más importante los encontramos en uno de los pilares que separan la nave central de la sur. Sólo se vislumbran algunos elementos geométricos y de entrelazados en la parte derecha.


En el ábside sur encontramos unos pequeños fragmentos de motivos entrelazados y también vegetales.


Los otros fragmentos conservados en el muro sur y en el ábside de este lado están muy degradados y resulta imposible averiguar qué motivos se podían haber pintado.


Las tres naves están cubiertas con bóvedas de cañón, la del lado norte ha sido rehecha y acabadas en ábsides semicirculares. El central está precedido por un amplio tramo presbiterial.


En el ábside norte se conserva la base del altar, mientras que en el ábside sur se ha colocado una de las aras de altar localizadas en el cenobio.


Otra de las aras de altar se conserva en el Museo Episcopal de Vic.


Externamente los ábsides están decorados con los elementos característicos de la arquitectura lombarda como pueden ser los arcos ciegos y las lesenas. Los arcos del ábside principal son de mayores dimensiones y nos recuerdan a los de la cercana iglesia de Sant Esteve de Tavèrnoles o los de la Colegiata de Sant Vicenç de Cardona. Cabe recordar que los vizcondes de Osona y Cardona fueron los impulsores del cenobio. Algunos de estos arcos aún conservan fragmentos de la policromía con la que estaban decorados. Completa la decoración del ábside principal un friso de dientes de sierra por encima de los arcos.


Ante el ábside sur se conservan varias tumbas de forma antropomorfa excavadas en la roca. También se descubrieron dos en la nave central de la iglesia, pero cuando colocaron el actual pavimento se enterraron.


El templo tenía cuatro puertas de acceso. En el muro sur encontramos dos: una comunica con el claustro y el otro con la base del campanario.


En el lado opuesto del templo encontramos la puerta que conducía hacia el cementerio.


La fachada principal se encuentra en el oeste, donde se encuentra la puerta más importante.


Sus dimensiones son mayores a las otras tres. Está formada por un sencillo arco de medio punto con dintel de madera y tímpano liso. El arco exterior está reseguido por una moldura achaflanada.


Empotrado en el muro sur del templo encontramos los restos de Guillem de Tavertet, que fue obispo de Vic y que se retiró al monasterio, donde murió el 25 de noviembre de 1233. En el Museo Episcopal de Vic se conserva un sepulcro con los motivos heráldicos de la casa Tavertet, que podría corresponder a Guillem de Tavertet.

Despojos de Guillem de Tavertet  

Sepulcro de los Tavertet    Sepulcro de los Tavertet


También se conserva en el museo de Vic una pila bautismal y una base decoradas con los escudos de esta familia.


El claustro se inició en la segunda mitad del siglo XI. De él nos han llegado pocos vestigios. Primero fueron los terremotos del siglo XV los que hundieron las galerías sur y este. Posteriormente el paso del tiempo y el abandono a que estuvo sometido el monasterio hicieron lo mismo con las galerías norte y oeste. Sólo se conserva parte del pilar del ángulo nordeste con su capitel, en el que se puede ver una pequeña cara esculpida. Algunos de los capiteles son réplicas de los que se conservan en el Museo Episcopal de Vic. Todos ellos son de traza muy sencilla y presentan motivos vegetales de influencia califal. Durante las tareas de restauración se reconstruyeron las arcadas románicas en las alas norte y oeste y se dejaron las otras dos tal y como estaban después de la reconstrucción del siglo XV.


En el muro que linda con el templo, aún se conservan dos arcosolios destinados a sepulcros y un espacio para dejar los libros.


En la galería este se encontraban las dependencias más importantes. Si empezamos el recorrido desde el ángulo nordeste, en primer lugar nos encontramos con una pequeña estancia, que originariamente estaba dividida en dos plantas.


Se trata del Scriptorium. En uno de sus muros, el que comunica con la sala capitular, aún conserva fragmentos de pinturas murales del siglo XII donde se representan motivos geométricos. En el muro este, en el piso superior, se puede ver un agujero excavado en el muro que servía de armario para los libros.


A su lado encontramos otra cámara de reducidas dimensiones que cumplía las funciones de sala capitular. La estancia, así como la puerta de acceso, sorprenden por su sencillez.


La sala capitular comparte techo con el dormitorio de los monjes. Es una gran sala cubierta con bóveda de cañón. El dormitorio se comunica con el exterior gracias a una puerta de medio punto dovelada con dintel y tímpano liso.


En el ala norte del claustro se encuentran el antiguo refectorio y la cocina


En la galería oeste se encuentra la residencia del prior. Estaba formada por dos plantas. En la inferior hay una sala cubierta con bóveda de cañón, que cumplía las funciones de bodega.


El piso superior lo forma una sala con arcos de diafragma y cubierta de madera, que tiene una terraza adosada. Esta está sostenida por una gran bóveda de cañón en la zona de acceso al monasterio.


Junto a la bodega encontramos el locutorio. Esta sala está situada en la planta inferior de la torre campanario.


La torre tiene planta cuadrada y dos pisos de altura. En el superior, donde se situaban las campanas, encontramos dos ventanas de medio punto en cada muro. Ambos pisos están cubiertos con una cúpula apoyada en trompas.


Al norte del templo encontramos un edificio de planta rectangular. Era el antiguo hospital del monasterio. Está dividido en dos plantas, de las cuales la inferior no se puede visitar. La superior, en cambio, ha sido acondicionada como sala de proyecciones de un audiovisual sobre la historia del monasterio. Esto impide su contemplación.


Delante todavía se pueden contemplar los restos de otras edificaciones, como el horno de pan.


También están los restos de un edificio fuera del recinto monacal, del que desconocemos su antigua utilización.

edificio exterior    edificio exterior

En el Museo Episcopal de Vic también se conserva una lipsanoteca procedente de este cenobio y que se encontraba en un altar lateral. Se trata de una pequeña botella de vidrio decorada con pequeños relieves y que tiene una tapa de cera. Otra lipsanoteca, en este caso del altar principal, se conserva en una colección particular. Se trata de una especie de botella de hierro con las caras de perfil circular. También se conserva en esta colección un recipiente de vidrio de color amarillo con un ligero relieve, de procedencia islámica.


Otra pieza conservada en esta colección es una candelabro de unos 30 centímetros de altura decorado con esmaltes champlevé, que representan flores de color rojo sobre un fondo amarillo.

Cuando llegamos al recinto del monasterio podemos contemplar unos bloques de piedra perfectamente tallada. La precisión del corte nos hace pensar que nos encontramos ante la cantera que sirvió para construir el cenobio.