La primera noticia que tenemos de este templo data del año 904, cuando fue donado por el obispo de Barcelona, Teuderico, al monasterio de Sant Cugat, para que fuera restaurada.  Junto con la capilla de Sant Silvestre, fueron donadas al cenobio la iglesia de la Santa Creu, en el valle del castillo de Cervelló y la capilla de Santa Leda. Estas donaciones se hicieron un vez conquistado el término de Cervelló, para organizar la repoblación de la zona

El año 1851, Josep Bogunyà pidió la licencia episcopal para poder celebrar misa mayor cantada. Desde entonces el templo está abandonado y actualmente presenta un estado lamentable.

El templo tiene una sola nave, de reducidas dimensiones, acabada en un ábside semicircular, que fue modificado por su lado sur y cegado al construir la sacristía

Inicialmente la nave tenía cubierta de madera, que en 1793 fue sustituida por una cubierta de lunetas barroca, que actualmente se está derrumbando.

En esta reforma también se modificó el emplazamiento de la puerta de acceso, desplazándola del muro sur al oeste.

El estado de abandono del templo y su entorno es total. Lamentablemente el templo está lleno de pintadas, cortesía de una pandilla de gamberros, que no tienen ningún respeto por nada... Si nadie hace nada para evitarlo, el templo acabará derrumbándose. Sorprende el estado de abandono, teniendo en cuenta que se encuentra a escasos 500 metros de una urbanización de Vallirana.