Templo edificado a mitades del siglo XII, en el lugar dónde previamente ya existía un templo. Está situado cerca del ángulo noroeste de la muralla, junto al barrio ocupado por los moriscos y judíos. La característica más importante del templo es que está realizada totalmente con ladrillo, como la vecina iglesia de San Tirso.

Está formada por tres naves acabadas en tres ábsides semicirculares. El ábside central está precedido de un amplio tramo presbiterial, sobre el que se levanta la torre campanario. Los ábsides están decorados con dos galerías de arcos ciegos de herradura y frisos en forma de espina de pescado o dientes de sierra.

Las naves están separadas por arcos apuntados de ladrillo, que descansan en pilares cruciformes. La cubierta de las naves originariamente era de madera. Los ábsides tienen bóveda de cuarto de esfera y los tramos presbiteriales de cañón. En el caso del presbiterio de la nave central también encontramos arcos fajones que refuerzan la bóveda para poder soportar el peso del gran campanario.

La torre tiene planta cuadrada y está dividida en cuatro tramos, que a medida que ganan altura tienen menor superficie. En el primer piso las ventanas apuntadas están cegadas. Son más espectaculares las que encontramos en los dos pisos siguientes, dónde encontramos cuatro grandes ventanas en cada muro. En el piso superior podemos ver cinco pequeñas ventanas apuntadas. La cubierta es a cuatro aguas.

La portalada está en el muro sur. Está formada por arquivoltas apuntadas enmarcadas en un alfil de influencia árabe y coronada con un friso de dientes de sierra. Está protegida por una galería porticada de factura posterior.