En  este lugar los romanos construyeron un puente de piedra, conocido como el puente de Vila Amara, si bien la primera noticia escrita que se ha conservado es del año 1012. Este se encontraba en el camino que comunicaba el Bages con Barcino. 

Alrededor del siglo IX encontramos las primeras noticias de un núcleo de población situado cerca del puente. Ya en el año 983 encontramos documentado el lugar de Vilomara en la donación al monasterio de Sant Benet de Bages, de la capilla de Santa Magdalena del Pla. El núcleo de Vilomara pasará a estar bajo la jurisdicción del monasterio hasta el año 1600.

El viejo puente romano se reconstruyó en el siglo XIII, en estilo gótico, dotándole la apariencia actual. Posteriormente necesitó dos reconstrucciones más en el siglo XVII y en 1989.

Tiene una estructura asimétrica con un total de 9 arcos. Hay tres arcos a la izquierda del arco central y cinco a la derecha, alcanzando a una longitud aproximada de 130 metros.