Templo edificado en el siglo XII. Sin embargo, cuesta ver ningún elemento de esta época desde el exterior. A lo largo de los siglos ha sufrido numerosas modificaciones que han ocultado por completo sus trazas románicas.

Originariamente se construyó con una única nave acabada con un ábside semicircular. Este ha quedado oculto desde el exterior por una construcción cuadrada que hace las tareas de sacristía. Para comunicar estos dos espacios, se abrió una puerta en el centro del tambor absidal.

Al lado norte se añadió un cuerpo, que parece exactamente una nave lateral y que se comunica con la nave románica con dos arcos.

La torre campanario, situada en el extremo occidental, es de planta cuadrada y fue añadido en el siglo XVIII. Precisamente en su base podemos encontrar el elemento más interesante de todo el templo. Se trata de un frontal de un sepulcro del siglo XII que se ha reaprovechado como un elemento ornamental. Hay esculpidos tres círculos dentro de los cuales podemos encontrar una cruz griega, un crismón y una flor. Bajo los círculos se ven dos cabezas de personas dentro de unos arcos escalonados y por encima dos flores de lis.

Dentro del templo se conserva una lipsanoteca de cerámica, con una forma que recuerda más a un jarrón, debido a su forma arqueada. Está decorada a base de dobles círculos que se reparten por todas sus caras.

Desgraciadamente, cuando visitamos el templo, éste estaba cerrado y no pudimos fotografiar la lipsanoteca. Por este motivo, la imagen sin el logotipo de Arte Medieval ha sido extraída del Archivo fotográfico de iglesias románicas de Miquel Pahissa.

No se conserva en el templo la imagen de un Cristo Crucificado y coronado, sino que se encuentra en el Museo de la Val d'Aran. Se trata de una talla de madera de finales del siglo XII o principios del XIII y que conserva buena parte de la policromía del siglo XIV.