Reino de Navarra
Monasterio de Santa Maria de la Oliva
(Carcastillo)
42º 22,313'N ; 1º 27,977'O
Fue fundado por el Rey García Ramírez en el año 1149 con monjes provenientes de
la abadía de Scala Dei, situada en el monte Yega. Nueve años antes, monjes de
esta misma abadía fundaron el monasterio de Santa María
la Real de Fitero, con el que siempre existió una muy buena relación.
Estuvo habitado hasta la desamortitzación del 1835. En el año 1927 volvió a
establecerse una comunidad de monjes.
Se trata de un interesante conjunto monástico que todavía conserva muchos
restos de las edificaciones originales. No ha sufrido excesivas modificaciones,
si bien a lo largo de los siglos se han ido añadiendo dependencias como el
palacio abacial, la hospedería o la portería. La modificación más
importante se produjo en el claustro, ya que se hizo desaparecer el románico
para construir uno de nuevo gótico.
Al entrar al recinto sorprende la estructura de la fachada de la iglesia. El
templo se inició a finales del siglo XII. La fachada, construida a
finales del siglo XIII o inicios del XIV, destaca por su portalada con doce
arquivoltas apuntadas, dentro de un arco de descarga, también apuntado. Sus
capiteles están ricamente decorados con motivos florales, como también lo
está el capitel del parteluz. En las ménsulas laterales de las jambes podemos
ver dos figuras de abades esculpidas. La del lado izquierdo tiene esculpida una
cruz de Calatrava , que nos hace pensar que se trata del abad del monasterio de
Fitero.
En el tímpano encontramos un bello crismón ligeramente descentrado respecto a
los arcos apuntados. Dentro de un círculo encontramos la imagen del Agnus
Dei y a su alrededor un Pantocrátor, el Tetramorfos, la Virgen con el Niño, el
sol y la luna.
Sobre la portalada podemos observar una de las joyas del monasterio. Se trata
de una franja horizontal esculpida. La factura de las imágenes es anterior al
resto de la portalada. Parece ser que se reciclaron de alguna otra ubicación.
Otro argumento a favor de esta teoría es que la imagen del Cristo Crucificado
no está centrada si no que está ligeramente a la izquierda. Hay un total de
27 escenas. Las parejas representan imágenes alusivas a la historia de la música.
También hay representados algunos vicios humanos. Se acaba la imposta con
escenas de la Anunciación, caballeros luchando, la Rueda de la Fortuna y la ya
citada Crucifixión.
Por encima de esta imposta decorada hay un ventanal redondo que data del siglo
XVI y que sustituyó al rosetón románico, similar a los que podemos
encontrar en la parte inferior de la fachada. Estos iluminan las naves
laterales y están formados por 16 columnillas que sirven de base a unos arcos
ligeramente apuntados que se entrelazan.
Coronan la fachada una torre de cuarenta metros construida en el siglo XIV y dos
pequeñas torretas situadas en los extremos.
El templo tiene planta de cruz latina con tres naves de seis tramos cada una.
Las naves están separadas por pilares cruciformes con dobles columnas en sus
lados frontales y una en los vértices interiores. Las columnas de dónde
arrancan los arcos formeros son mucho más bajas que no las que sirven de
base a los arcos fajones. Todas ellas están acabadas con capiteles decorados
con motivos vegetales esquemáticos siguiendo el estilo del Císter. En el
primer tramo de la nave, podemos ver capiteles esculpidos con imágenes. Era
la parte destinada al pueblo y por lo tanto no eran visibles por los monjes y
así no se podían distraer. Las columnas de los vértices sirven de base a
los nervios de las bóvedas de crucería con que están cubiertas las naves. Los
primeros tramos de la nave central tienen la clave de vuelta decorada. Podemos
ver una cruz de Calatrava, una majestad, un Agnus Dei y el Águila de
Navarra, emblema del rey Sancho el Fuerte, muy vinculado al monasterio. El
resto de bóvedas no tienen clave.
La cabecera está formada por un ábside semicircular correspondiente a la
nave principal y cuatro ábsides rectangulares. El central está cubierto con
una bóveda de cuarto de esfera reforzada por nervios, que descansan en
columnas. Entre estas se abren cinco ventanas de medio punto. Exteriormente
estas ventanas están decoradas con celosías geométricas. La imagen de la Virgen
es moderna y sustituye a una gótica que fue trasladada a Ejea de los
Caballeros en el año 1600. El transepto tiene cinco tramos y bóveda de cañón.
Sobre el crucero se levanta un pequeño cimborrio octogonal dónde están las
campanas.
En el fondo del templo, bajo los rosetones encontramos dos sepulcros románicos.
El más sencillo tiene unas pequeñas columnas esculpidas en las esquinas y
unos escudos, que parecen corresponder a la familia de los Almoravid. El otro,
mucho más rico en decoración, parece que estaba dedicado al Rey Sancho VII,
muy vinculado al monasterio. Estuvo durante muchos siglos en el exterior y este
es el motivo por el cual sus imágenes están tan erosionadas y cuesta
reconocer las imágenes.
El claustro se edificó durante los siglos XIV y XV sustituyendo uno anterior románico. Las alas este y sur son las más antiguas. La siguiente en
construirse fue la del lado oeste y la última fue la galería norte. Parte de
las decoraciones de los arcos han sido reconstruidas, pero todavía quedan
muchas originales que nos permiten disfrutar de bellas tracerías góticas. Las
galerías están cubiertas con bóvedas de arista sustentadas por nervios que se
apoyan en capiteles y en ménsulas ricamente decoradas, formando un conjunto
muy interesante. Algunas imágenes están deterioradas y no permiten
identificar sus motivos. También están decoradas las claves de vuelta.
La sala capitular fue construida en el año 1200. Se accede a ella a través de
una portalada formada por cinco arcos de medio punto: la puerta y dos parejas
de ventanas a ambos lados. Todas los arcos están sustentados por columnas muy
simples pero que forman un conjunto muy interesante. Dos columnas que sirven
de apoyo a la bóveda gótica del claustro, estropean algo su estética. En el
interior podemos ver cuatro columnas centrales que sostienen las bóvedas de
ojiva.
Entre las otras dependencias del monasterio encontramos la cocina, que
necesita una profunda restauración. Es una sala rectangular cubierta por dos
tramos de bóveda de arista. A continuación se pueden ver los restos del
refectorio y del calefactor. También ha desaparecido el antiguo dormitorio,
del cual sólo nos queda la escalera de acceso desde el claustro y la puerta,
hoy tapiada, que comunicaba con el templo.
La sala de los monjes es también uno de los espacios del monasterio que
necesita una restauración importante. Es una sala rectangular cubierta
con una bóveda de arista apoyada en dos columnas centrales con unos capiteles
esculpidos. Destaca la imagen del Agnus Dei que hay en un de ellos.
Desgraciadamente no pude visitar esta dependencia, pero he creído conveniente
incluir dos imágenes que compré en la tienda del monasterio.
La primera edificación religiosa del conjunto fue la capilla del Santo Cristo. Es de reducidas dimensiones. Tiene una única nave cuadrada,
acabada en un ábside semicircular, de características muy similares a las
del ábside de la iglesia abacial. Los nervios de la bóveda del ábside
descansan en cuatro columnas con capiteles de la misma factura que los de la
sala capitular.
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