Francia - Llenguadoc Rosselló - Pirineos Orientales
Santa Maria de Formiguera
(Formiguera, Capcir)
42º 36,846'N ; 2º 6,183'E
Nos encontramos ante uno de los templos más antiguos de la zona, pues fue
consagrado en el año 873 por Sigebod, arzobispo de Narbona.
El
templo fue levantado por orden de los condes Guifré I de Urgell y Cerdanya (Wifredo
el Velloso), Miró I de Conflent, Oliba II y Acfred I de Carcasona-Rasès, que
lo pusieron bajo la tutela de Sant Jaume de Jocó.
Por este motivo, en Santa María, se estableció una pequeña comunidad monástica
en forma de pavordía, con jurisdicción sobre todo el Capcir.
El
en 1019 se vuelve a consagrar el templo, por el arzobispo de Narbona Guifré.
El
motivo de esta nueva consagración fueron las obras de ampliación del templo.
A
pesar de que no se derribó la anterior, las modificaciones fueron tan
importantes que fue necesaria una nueva consagración.
Fue reformada nuevamente en el siglo XII y durante el XIV se fortificó.
En
este momento se sobrealzó su ábside.
Son especialmente importantes las reformas del siglo XVIII, cuando se
construye el campanario de espadaña de la fachada oeste y las dos capillas
laterales más cercanas a este muro.
Las otras dos capillas y la sacristía fueron construidas en la segunda mitad
del siglo XIX o en los primeros años del siglo XX.
El
templo presenta una sola nave, cubierta con una bóveda de cañón de perfil
apuntado.
Está rematada al este por un ábside semicircular y cubierto con bóveda de
cuarto de esfera, precedido de un profundo presbiterio.
Los muros laterales de las naves, fueron abiertos posteriormente, para
construir capillas laterales y dos sacristías.
La
parte más antigua del templo se encuentra en la cabecera.
La
parte baja del ábside es todavía el prerrománico del siglo IX.
Está construido a base de sillares poco escuadrados y distribuidos en hileras
irregulares.
A
ambos lados del tambor absidal podemos ver el inicio de las antiguas paredes
laterales del primer templo, que hoy forman un saliente de aproximadamente
treinta centímetros.
La
fachada oeste corresponde en gran parte, a la ampliación realizada en el siglo
XII.
En
este caso el tamaño de los sillares es mucho más cuidadosa y se distribuyen en
hileras regulares.
La
puerta de acceso está formada por tres arcos de medio punto en gradación, que
rodean un tímpano y dintel lisos.
Encima hay una gran ventana de medio punto, recorrida por un friso de dientes
de sierra.
En
el interior del templo se conserva una talla de Cristo Crucificado del siglo
XII. Hasta 1966 se encontraba situado sobre el arco triunfal, con una cruz
pintada en la pared. Hasta ese momento era considerado como un Cristo gótico,
debido al fuerte encorvamiento de su cuerpo. Al
restaurarlo se dieron cuenta que la función original no era la de un Cristo
Crucificado, sino que formaba parte de un grupo escultórico del Descendimiento
y que en algún momento, el brazo derecho fue separado y clavado en el hombro ,
pero en una posición más alta, para adaptarlo a la Cruz.
También las diferentes capas de pintura añadidas a lo largo de los siglos
habían ayudado a la confusión en su datación.
Actualmente se venera en la primera capilla del lado sur.
Nuestra primera visita coincidió con Jueves Santo y tal como es tradición
todavía en muchos templos, estaba tapado con un manto, que se retira al día
siguiente, Viernes de Pasión, día en que se conmemora la muerte de Jesús en la
Cruz.
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