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Las palabras son como los ladrillos con los que el albañil construye las paredes (oraciones) de una casa (discurso); o como las piezas del lego que el niño va ensartando hasta conseguir la figura que desea. Tienen independencia, son aislables, y el hablante goza de libertad a la hora de emplearlas u ordenarlas. Siempre que no atente contra las reglas de la semántica y la sintaxis, claro está, porque entonces le caería la pared. Sin embargo, la lengua, como la albañilería, nos ofrece también conjuntos prefabricados de palabras con unidad de sentido, que empleamos una y otra vez sin variación alguna. Los hay de diversos tamaños y correspondencias: las locuciones (“como quiera que...”, “salida de tono”...) equivalen a una palabra, ya sea sustantivo, adjetivo, preposición, adverbio...; las frases hechas equivalen a oraciones (“estar en la luna de valencia”, “comerse el coco”...), oraciones con un significado peculiar que no se corresponde con el que tendrían si las palabras fueran consideradas aisladamente.
Gentes con mucha imaginación debieron inventarlas hace mucho tiempo; gustaron y han ido repitiéndose mecánicamente hasta hoy. Algunas, cansadas de rodar de boca en boca, han perdido fuerza y originalidad; en otras, todavía se advierten destellos de genialidad cuando se observan de cerca... |
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| LOS REFRANES, UN CURRICULUM DE DIOS Dios da pan al que no tiene dientes, pero antes, mucho antes, le dio hambruna al que los tenía. Linda trampa la de Dios. Después de todo, los refranes populares son algo así como un currículum divino. Se armó la de Dios es Cristo: virulencia y furia. Dios los cría y ellos se juntan: conspiración y acoso. Dar a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César: repartija y prorrateo. Como Dios manda: prepotencia e imperio. Dios pasó de largo: indiferencia y menosprecio. A Dios rogando y con el mazo dando: parapoliciales, paramilitares, escuadrones de la muerte, etc. Cuando Dios quiera: poder omnímodo. Dios nos libre y nos guarde: neocolonialismo. Dios castiga sin palo ni piedra: tortura subliminal. Vaya con Dios: malas compañías.
Mario Benedetti
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- La mejor medicina
- A quien madruga
- En casa del herrero
- Dime con quien andas
- No por mucho madrugar
- Cría cuervos
- Quien a buen árbol se arrima
- Más hace el que quiere
- Más vale pájaro en mano
- Quien siembra vientos
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- Amanece más temprano
- Buena sombra le cobija
- Y te sacarán los ojos
- Es la buena cocina
- Y te diré quien eres
- Recoge tempestades
- Dios le ayuda
- Que ciento volando
- Cuchillo de palo
- Que el que puede
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30.-Haz corresponder los comienzos (1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10) con sus finales (A,B,C,D,E,F,G,H,I,J) |
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| REFRANES A MEDIAS
1.- La letra con sangre...
a)... sudor y lágrimas consigue pagarla tu padre.
b)... ¡es la firma de Drácula!.
c)... Necesita una transfusión de tinta.
2.- Quien mal anda...
a)... cojea.
b)... acaba por los suelos.
c)... va de narices.
3.- No dejes para mañana...
a)... las gansadas que vas a hacer hoy.
b)... los deberes que puedes hacer pasado mañana.
c)... ¡nada!, o se lo comerá otro.
4.- Ojo por ojo...
a)... Ojo al cuadrado.
b)... ¡esto no viene en la tabla de multiplicar!
c)... ojo morado.
5.- Mal de muchos...
a)... suspenso general.
b)... consuelo del que no pega ni golpe.
c)... epidemia.
6.- Ojos que no ven...
a)... gallinita ciega.
b)... batacazo que te pegas.
c)... ¡gafas al canto!. |
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31.-Añade una "cola" d) a cada refrán a medias. |
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