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Crypto 62 Tintin
El Informe Rackham el Rojo

CAPITULO 3: LA IGLESIA DE HERGÉ; LA ESPADA Y LA CRUZ.


Este capítulo presenta un aspecto de la trama que no depende del hilo de Ariadna para ser descubierto, y puede ser la clave que nos revele la motivación de Hergé para crear toda la lectura criptográfica de la aventura.

Los tres episodios que voy a señalar a continuación forman parte del nutrido grupo de alusiones a la fe cristiana en general, y católica en particular, que circulan por la aventura. Este grupo de alusiones es una excepción en la obra de Hergé, pues es difícil encontrar en otras aventuras la más mínima mención al tema.

En las págs. 22 y 23 (de 22 C2 a 23 A1), el capitán bromea a costa de los "Dupondt" pero ¿no podría hacerlo también a costa del Vaticano, al incluir en la broma la basílica de San Pedro de Roma? Dicho así puede parecer exagerado. Pero sigamos. En la pág 60 hace su aparición la estatua de San Juan Evangelista. Curiosamente, Tintín lo identifica no como el apóstol de Jesús, sino como el autor del apocalipsis1. Al hacerlo de este modo señala donde está el motivo de su interés por el apóstol, que intentaremos descifrar. El tercer episodio que quiero destacar está en la pág. 41, D1 i D2: Tintín volviendo al barco después de una inmersión en la que ha obtenido un botín muy interesante: una cruz de oro y un sable de abordaje. La espada y la cruz.

Estos son 3 episodios en los que empieza a traslucir un mensaje muy crítico sobre la Iglesia católica: el tercer episodio es el más claro de interpretar, a la luz del cual los otros episodios adquieren también una dimensión igualmente crítica. A nadie se le puede escapar el simbolismo de la espada junto con la cruz, simbolismo que alude al carácter bélico y agresivo con que la Iglesia y los estados católicos imponían sus dogmas de fe.

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No necesitamos analizar más este episodio para aplicar un parecido tono simbólico al segundo episodio: el apocalipsis de San Juan contiene en sus capítulos la recurrida imagen de la Babilonia corrupta, que con el tiempo y el acontecer histórico se ha asimilado a Roma como ciudad y símbolo de poder maligno: la Roma imperial y anticristiana primero, y la Roma como sede de los papas enfrentada a movimientos reformistas o secesionistas del cristianismo, después. Cátaros, protestantes, hugonotes, incluso ahora los testigos de Jehová, entre otros… muchos acudieron a la imagen de la Babilonia corrupta para denunciar los desvíos morales de la iglesia de Roma, y por tanto, todos acudieron al apocalipsis de San Juan. Este contiene otras imágenes, además de la que he escogido, que no tienen por que coincidir con esta linea argumental que empiezo a trazar. Sin embargo, la conclusión que presento mantiene el tono simbólico y el significado crítico del tercer episodio. Pero es que, además, conecta con un elemento sorprendente del primero: ¿porqué sale a relucir Roma en la broma del capitán Haddock? ¿Porqué la basílica de San Pedro de dicha ciudad y no, por ejemplo, el ayuntamiento de Bruselas o los canales de Brujas? Dudo que esté creando sólo una posible interpretación de este grupo de alusiones al catolicismo; creo que estoy descubriendo la intención de Hergé (aunque seguramente no completamente) al incluírlas en el desarrollo de la aventura. La espada y la cruz complementan de forma convincente la interpretación del papel de San Juan Evangelista en la trama oculta, y ahora sí puede empezar a verse la sorna con que el capitán se quita la gorra en el primer episodio como algo más que una burla a los inspectores, tanto como una falta de respeto al Vaticano.

Los tres episodios referenciados se pueden interpretar con carácter crítico, siendo las más evidentes alusiones que podemos encontrar sobre el tema. Y sin embargo, no son las únicas.

La primera de todas ellas aparece en la pág. 10, A 1: al fondo de la imagen surge la proa de la maqueta de una carabela. La carabela se conoce universalmente por ser instrumento del descubrimiento de América y de la posterior labor de cristianización del continente. Dado el gusto de Hergé por la simbología, interpreto este elemento similarmente al papel que juegan la cruz y la espada: dicha cristianización se produjo a sangre y fuego.

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Otra alusión mucho más interesante y lograda, e igualmente discreta aparece en la pág. 60 A3: detrás del bronce de una águila imperial aparece un cuadro, el retrato de un cardenal. Otro aparejamiento, como el de la espada y la cruz. El águila es un símbolo militar incuestionable, usado por persas, romanos, emperadores alemanes, Prusia, Polonia, Rusia, Francia, los nazis y Franco, etc, etc, etc... Este aparejamiento parece denunciar la vocación bélica y de poder del Vaticano, sede de los cardenales.

A su vez, esta imagen induce a confirmar la relación entre Roma y el apocalipsis, entre el primer y segundo episodios del principio del capítulo, ya que inmediatamente al águila y al cardenal ( pág. 60 A3) aparece la estatua de San Juan Evangelista ( pág. 60 B1). Y ello no es casualidad, podéis estar seguros. Si todo esto no puede integrarse en el conjunto de críticas, que baje Dios y lo vea.

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Y apunta a la pág 60 como la más cargada de alusiones: no sólo da paso a la aparicion de San Juan con toda su carga simbólica, precedida por el disimulado aparejamiento del cardenal y el águila imperial: en las viñetas B3 y C3 de la misma página aparece una de las casi abundantes cruces2 que circulan por la aventura, cruz cuya presencia parece jugar con un Tintín a punto de descubrir el tesoro.

La cruz más interesante que nos queda por estudiar está en la pág. 50 A4: la cruz calendario a lo Robinson Crusoe, tal como confirma Tintín en la siguiente página, la 51, C1. A continuación transcribo parte del comentario acerca de la obra de Daniel Defoe de la Nueva Enciclopedia Larousse, Ed. Planeta, 1982:

"... Defoe se propuso escribir una obra de tipo alegórico-moral: el protagonista, empujado por el afán de la aventura y del lucro, y desoyendo los prudentes consejos de su padre, se lanza a recorrer mundo; en una tempestad naufraga, y mueren todos sus compañeros, aunque él logra salvarse acogiéndose a una isla desierta, en la desembocadura del Orinoco. Allí, a lo largo de ventiocho años, vive solo y logra construirse una vivienda, cultivar la tierra, criar ganado y rodearse de numerosas comodidades. Al mismo tiempo recupera la fe que había perdido, circunstancia que constituye las clave intencional de la novela, con su evidente símbolo del alma pecadora que vuelve a encontrar a Dios en la Aflicción."

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Me refiero a la más famosa obra de Defoe, que fue un destacado activista anticatólico, entre otras cosas, de la Inglaterra del siglo XVII-XVIII. "Vida y extraordinarias y portentosas aventuras de Robinson Crusoe", de 1719. Dicho comentario parece hecho a propósito para orientarnos en la búsqueda de un sentido a toda la trama oculta: ésta tiene un carácter moral y de denuncia, (no alegórico, a pesar de la alegoría zodiacal del capítulo anterior, pero sí moral) y la clave intencional de la doble lectura es la crítica del alma pecadora de la Iglesia que conoce Hergé perfectamente. Incluso el carácter astrológico- zodiacal de la trama (que veremos en detalle en capítulos posteriores) entra de lleno en esta consideración, ya que incluirla supone un desafío a la doctrina de una institución que rechaza la astrología por su carácter pagano. Pero, ¿ porqué esta crítica , su forma criptológica y su existencia secreta y no hecha pública?

Mi interpretación es la siguiente: Hergé creció como católico en un entorno ultraconservador. Sus primeros pasos editoriales fueron realizados bajo la égida del padre Norbert Wallez, enérgico defensor de dicho entorno. Este clérigo es el responsable de los primeros viajes de Tintín, primero al país de los Soviets y después al Congo Belga. El primer viaje es una excusa para arremeter contra la Rusia bolchevique, mientras el segundo es una apología de la labor civilizadora de los colonizadores belgas en el país centroafricano. Cuestiones de fe católica, o mejor dicho, ultracatólica. Con el tiempo, la fe de Hergé entró en crisis, para acabar perdiéndola definitivamente según sus propias declaraciones. Perdió su fe, pero no su educación y su sentido moral, por lo que la ingratitud seguiría siendo para él un pecado despreciable. Y de ingratitud sin duda, por no decir cosas peores, le acusarían sus amigos católicos (ya que los tendrá y los conservará, sobre todo el abate Wallez), si el mensaje que estamos descifrando fuera hecho público. Las consecuencias de ello podrían haber sido terribles para Hergé, tanto en un sentido moral como profesional. Y, sin embargo, el autor de Tintín decide crear en una de sus aventuras una lectura esotérica de la misma, siguiendo la tradición del ocultismo occidental condicionado por la rígida censura clerical a transmitir mensajes e instrucción de una manera secreta, solo traducible para los iniciados. Es un guiño intelectual y un alarde de orfebrería criptográfica, un capricho estético y a la vez una declaración de fe y de falta de ella. Es, en definitiva, una obra maestra del comic mundial (es la aventura más vendida de todas las de Tintín, junto con su precedente) que muestra con contundencia las fantásticas posibilidades de este medio de expresión, que no es ni arte ni literatura ni tampoco guión gráfico de película. Es un mundo.

En el siguiente capítulo retomaremos el hilo de Ariadna para coser unos cuantos datos sueltos que forman parte de la trama. Invito a echar una ojeada al mapa de las constelaciones que es la plantilla donde coseremos dichos datos, y concretamente en la inmediata proximidad de las tres constelaciones zodiacales que conforman el hilo: géminis, cáncer y leo. También veremos el "árbol genealógico" del pirata Rackham el Rojo, que nos ofrecerá una de las joyas del mensaje oculto, en forma de homenaje… ¡ póstumo!

¿Porqué, pues, podría ser el nombre de Rackham el Rojo un homenaje póstumo? ¿A quién estaría dedicado este homenaje? ¿Cuál es el secreto de este nombre? La respuesta se puede encontrar en ciertos clásicos de la literatura infantil (ilustrados, evidentemente) y, como no, en las estrellas…


(Continuará. El próximo capítulo será publicado, si Dios quiere,
el 24 de septiembre del año 2000, primer día de Libra, en esta misma web)



1Apocalipsis.--- El de San Juan Evangelista forma parte de un conjunto de obras que llevan ese nombre, que en griego significa "revelación" (nada más terrible) , término que sintoniza con el carácter de esta obra. Escritas todas alrededor del año de aparición del cristianismo, antes y después, forman parte de la tradición hebrea y judeocristiana y se caracterizan por usar un lenguaje oscuro y simbólico, a propósito de revelaciones divinas y profecías de acontecimientos futuros que afectan a la humanidad. Y a pesar de las connotaciones catástróficas que el término ha adquirido con el tiempo, los apocalipsis presentan una visión final optimista de las tribulaciones de los hombres, aunque eso sí, bajo la obediencia a Dios.

2Las cruces que aparecen en la aventura:
primera: p10, A3;
segunda: p41, D1 y D2 y otras;
tercera: p50, A4 y siguientes;

cuarta: p60, B1 y siguientes;
quinta: p60, B3 y C3.


Cinco cruces diferentes. A éstas hay que añadir la primera mención de la cruz del águila, que aparece en "El secreto del Unicornio", en los pergaminos que en la página 61, A1 y C1 de dicha aventura aparecen todos juntos anunciando el carácter criptográfico de la siguiente, nuestra aventura. En total, seis cruces diferentes, todas símbolos cristianos. No hay ninguna otra aventura de Tintín donde pase algo parecido.



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