Monasterio femenino fundado por los condes de Barcelona Sunyer y Riquilda en la primera mitad del siglo IX. Se conserva el acta de consagración del primer templo, datada en el año 945 y dónde figura el nombre de la que fue su primera abadesa: Adelaida.

Originariamente era un templo extramuros y no fue hasta bien entrado el siglo XIII que pasó a formar parte del tejido urbano de Barcelona, al quedar englobado por el segundo cinturón de murallas.

Durante los siglos XII y XIII el monasterio está bajo la tutela de los condes de Barcelona, que hicieron numerosas donaciones para su ampliación y mejora. Es de esta época la estructura de planta basilical, que todavía conserva el templo, si bien anteriormente había tenido planta de cruz griega. 

En el siglo XIV se construye un segundo piso en el claustro, ya siguiendo las corrientes góticas. Pero las reformas no se acabaron aquí. Durante los siglos XV y XVII el templo pierde parte de su traza románica para adoptar los estilos dominantes en aquellos siglos. Estos cambios afectaron especialmente a las bóvedas del templo y a la cabecera.

El templo fue saqueado por las tropas napoleónicas, que lo convirtieron en prisión. El estado en que quedó el conjunto monástico fue de prácticamente ruina. En 1873 se demolió el claustro. Sus capiteles los encontramos repartidos en varios museos, así como en numerosas colecciones particulares.  Este deterioro de las instalaciones hizo que el año 1874 las monjas empezaran las obras de un nuevo recinto conventual a la zona de Sarrià, donde se trasladaron cinco años más tarde .  En 1909 lo que quedaba del monasterio sufrió un serio incendio. 

La iglesia, muy modificada, es el único vestigio que nos ha llegado de este convento. A pesar de todo es muy difícil poder concretar dónde se encontraba la puerta de acceso original, así como qué tipo de ventanas había. Las reparaciones, ampliaciones y reformas hechas a lo largo de los años han cambiado totalmente su fisonomía. Actualmente es un templo de planta basilical con tres naves con tres ábsides semicirculares. 

El aspecto interior lo debemos básicamente a la restauración que se hizo después del incendio de principios del siglo XX. Son de este momento buena parte de capiteles del interior del templo, que imitan capiteles corintios. 

A pesar de todo todavía podemos contemplar algunas elementos escultóricos de la época románica, que representan motivos vegetales. 

Donde también podemos ver algunos capiteles originales del templo es en el Museu Nacional d'Art de Catalunya, donde se conservan 5 pares de columnas. 

También es de principios del siglo XX la fachada neo-románica, dónde actualmente encontramos una puerta cegada.