Provincia de Tarragona


Santa Maria la Mayor
(Montblanc, Conca de Barberà)

41º 22,625'N ; 1º 9,684'E    





El actual templo gótico se levanta en el mismo lugar donde en el siglo XII se construyó el templo románico de Santa María. La prosperidad de la ciudad y el consecuente aumento de población hizo necesaria la construcción de un nuevo templo de mayores dimensiones, que se consagró en 1548.


Así pues, a principios del siglo XIV varias familias nobles de la ciudad, entre las que figuran los Colom, los Marc, los Forès, los Ambler, los Alenyà y los Anglesola, donaron algunos bienes para la construcción del templo.


Esto les dio derecho a disponer de una capilla en la cabecera del templo, tal y como se puede ver en los diferentes motivos heráldicos que hay en las claves de bóveda.


El templo tiene una sola nave de veinte y cuatro metros de longitud. Sorprende su anchura por la corta longitud que tiene, con sólo tres tramos, ya que estaba previsto construir al menos uno más. Así pues el templo quedó inacabado, debido a la gran mortaldad causada por la Peste Negra y en el siglo XVII se decidió definitivamente no continuarlo.


Las bóvedas de la nave son de crucería, con las claves de bóveda esculpidas.


Sus nervios descargan su fuerza en columnas adosadas que descansan en los contrafuertes. Como es habitual en el gótico catalán, el espacio entre contrafuertes es aprovechado para situar capillas laterales.


Todas los cierres de muro por encima de las capillas tienen un ventanal gótico decorado con tracerías y vitrales policromados. En las capillas también encontramos un ventanal de similares características, si bien más bajos.


El exterior del templo es muy sobrio. Destaca la fachada renacentista, situada en el muro sur y construida en 1590. Algunas fuentes apuntaban que anteriormente existía una portada gótica, que fue volada durante la Guerra dels Segadors. Las últimas investigaciones han puesto de manifiesto que en el momento de la voladura ya no existía esta portada gótica, si es que nunca existió, y que la puerta sólo sufrió algunos desperfectos, que se arreglaron rápidamente, manteniendo el estilo renacentista.


Los elementos escultóricos en el exterior de época gótica se limitan a los pináculos que hay sobre los contrafuertes.


Vale la pena subir al tejado de las capillas laterales para admirar la escultura de las gárgolas y los pináculos.


También es una experiencia gratificante, pasear entre los arcos abiertos en los contrafuertes, que permiten disfrutar de una perspectiva diferente del templo y de detalles escultóricos de las ventanas.


En el interior del templo, en una de las capillas laterales del muro sur se conserva una joya de la escultura gótica catalana: el retablo de san Bernardo y san Bernabé.


También se conserva la talla gótica de la Virgen del Coro, que actualmente preside el templo. Se cree que formó parte un gran retablo gótico, que en época barroca se desmontó para sustituirlo por uno nuevo más acorde con los gustos de la época. La imagen de la Virgen se situó entonces en el recién coro construido a los pies de la nave. Es de los pocos elementos ornamentales que se salvaron de la quema que sufrió el templo durante la Guerra Civil, junto con el órgano barroco.


En numerosas partes del templo son visibles las marcas de cantero.