Iglesia mencionada por primera vez en 1028. Veinte años más tarde consigue el grado de parroquia y fue donada por el obispo Guislabert a la canónica de la Santa Cruz y Santa Eulalia de Barcelona. Fue consagrada de nuevo en el año 1122 por el obispo de Barcelona Oleguer. En 1536 se empezó a plantear la necesidad de construir un nuevo templo, pero manteniendo el templo románico. En 1792, con el nuevo templo construido perpendicularmente a la nave románica, ésta se transforma en una capilla y en dependencias parroquiales.

Debido a estas modificaciones, la estructura románica quedó muy deteriorada. La iglesia estaba formada por una sola nave rectangular, cubierta con bóveda de cañón reforzada por un arco fajón, que está cerca del ábside. Se cree que existían dos más, dónde posteriormente se levantaron los muros que compartimentaron el templo. La nave está acabada en un ábside semicircular, decorado externamente con parejas de arcos ciegos y lesenas lombardas, que arrancan de un alto podio. El ábside es la parte más primitiva del templo (S. XI), mientras que la nave se edificó un siglo más tarde.

El campanario de torre se encuentra adosado al muro norte, cerca del presbiterio. Tiene planta cuadrada. En el piso superior se abren unas grandes ventanas, sobre las que empezaba la cubierta piramidal, tapada por un piso añadido posteriormente.

La puerta de acceso al templo es moderna, si bien está situada en el mismo lugar dónde estaba la románica.

En el Museo Diocesano de Barcelona se conservan fragmentos de pinturas murales correspondientes al ábside y a una parte del muro sur, datadas a mediados del siglo XII. En ellas se representa a Maria con el Niño en su regazo presidiendo la bóveda del ábside. Justo debajo se representan algunas escenas de la infancia de Jesús. También se ha conservado una imagen de San Esteban del arco triunfal.

De las pinturas del muro sur sólo se ha conservado la escena de Jesús ante Pilatos, correspondiente al ciclo de la Pasión de Cristo. En la bóveda de la nave se conservan algunas escenas de la Apocalipsis, Cristo dentro una mandorla y rodeado por el tetramorfos, de los que sólo se han conservado San Lucas y San Juan.