La parroquia de Prullianos aparece por primera vez en el acta de consagración de la catedral de la Seu d'Urgell , de finales del siglo X.

El sitio de Prullans fue cedido el año 1.061 por el vizconde Bernat de Cerdanya al conde Guifré de Cerdaña, con motivo de los pactos firmados entre ambos personajes para acabar con los litigios que hasta el momento habían tenido.

El templo fue restaurado profundamente en la década de los setenta del pasado siglo, eliminando algunos de los elementos que habían sido añadidos a lo largo de los siglos y reconstruyendo algunos de los elementos románicos que se habían perdido, como por ejemplo la ventana que se abre en la parte superior de la fachada oeste.

El templo se construyó aprovechando el flanco de la montaña, por lo que el sector norte está parcialmente enterrado. Tiene una sola nave, cubierta con una bóveda de perfil apuntado, en la que posteriormente se le añadieron dos capillas laterales a modo de crucero, una sacristía y la torre campanario.

El ábside está orientado al sureste debido a que el templo, como ya hemos comentado, se construyó aprovechando los desniveles naturales y los flancos de la montaña. Es de planta semicircular y tiene una factura más cuidadosa que el resto del templo. En él se abren dos ventanas de medio punto y de doble derrame. Durante la restauración de los años setenta, se reconstruyó la cornisa que hay bajo el tejado, que está decorada con motivos en zigzag en forma de dientes de sierra, tal y como estaba esculpida originalmente.

En el muro sur, junto a la capilla lateral, se añadió posteriormente una torre de campanario de planta cuadrada. En este espacio se abría la puerta románica original. Esta se cegó y se aprovechó para colocar la pila bautismal.

La nueva puerta se abrió en el muro oeste, formada por un sencillo arco adintelado.

Coronaba este muro una espadaña de un solo ojo, del que sólo quedan en pie las bases de sus soportes.