No encontramos referencias antiguas que nos hablen con seguridad del lugar de Irán, a pesar de tratarse de un lugar desde dónde se controlaban los accesos al valle de Boí.

Algunas fuentes creen que era el antiguo núcleo de Isirch del que se habla en documentos del año 1378 y 1381, como una posesión del monasterio de Santa Maria de Lavaix. La iglesia de Sant Climent, tampoco aparece documentada en ningún escrito antiguo.

La iglesia, de pequeñas dimensiones,  tiene una sola nave, rematada por el este con un ábside semicircular.

En su parte central se abre una pequeña ventana de un solo derrame y resaltada exteriormente por un sencillo arco liso. Hasta hace unos años estaba cegada por la parte interior, pero en las últimas obras de restauración se volvió a abrir.

La nave está cubierta con una bóveda de cañón, sin arcos fajones, si bien se conservan dos impostas biseladas dónde se debían apoyar  estos, pero que no se llegaron a construir nunca. A los pies de la nave hay un coro elevado de factura moderna.

La puerta de acceso se abre en el muro sur. Tiene forma rectangular, con grandes bloques de piedra en sus jambas. Encima hay un nicho, con un arco de medio punto. Este elemento decorativo es muy poco frecuente en la arquitectura catalana altomedieval, sólo comparable al de la Virgen de Baldòs, en Montañana, aunque esta última es mucho más ornamentado.

El muro oeste se corona con una espadaña de dos ojos.

En el interior del templo se conserva una pila bautismal, de muy sencilla factura.

También es interesante ver una talla de madera del patrón del templo San Clemente, de factura posterior.