En la cumbre del Montpedròs, es decir monte de piedras, existió una fortificación desde finales del siglo IX. Es probable que previamente existiera un poblado ibérico en esta zona. Se cree que el castillo fue construido en tiempo de Guifré I, cuando conquistó esta zona.

Dependía del castillo de Cervelló y cuando este pasó a manos de Ènnec Bonfill, primer señor de Cervelló se reconstruyó la fortaleza del Montpedròs y se reforzaron sus defensas con la construcción de nuevas torres. Desde este lugar se controlaba toda la parte baja del Llobregat, que no era visible desde el castillo de Cervelló.

La primera noticia escrita que nos habla de este castillo, no la encontramos hasta el año 1089, cuando era el responsable del castillo Humbert Gerbert, señor de Montagut, Querol, Pinyana y Gelida, que era el tío de Guerau Alemany II, señor de Cervelló y propietario de la fortificación.

A partir del siglo XIII empezamos a encontrar el castillo citado como Castellnou de Cervelló, momento en que el castillo de Cervelló pasa a ser conocido como "el viejo". En este momento la parroquia de Santa Coloma de Montpedròs, situada a los pies de esta cumbre, pasó también a llamarse Santa Coloma de Cervelló. Se cree que este cambio de nombres responde a una reforma del castillo de Montpedròs, con la que los señores de Cervelló querían reforzar su dominio a la zona.

El último conflicto bélico que vivió el castillo fue la guerra de los Segadors. Poco tiempo después de su finalización, el rector de Santa Coloma pidió la autorización al barón de Sant Vicenç dels Horts permiso para reconstruir la capilla del castillo, que había perdido parte de la cubierta y para construir una habitación para el ermitaño. Este hecho hace pensar que el castillo había quedado muy deteriorado, por qué si hacía falta construir una habitación nueva, quería decir que las estancias del castillo no eran habitables.

De hecho, se han conservado muy pocos restos de esta fortificación.

Tan sólo quedan en pie algunos fragmentos de muralla, de muy poca altura y cubiertos en gran parte por la vegetación.

Tenía una planta muy alargada, más estrecha en la parte sur, que es dónde se conservan la mayoría de restos.

Su fábrica es típica del siglo X, con sillares irregulares, en algunos casos dispuestos en forma de opus spicatum.

Situada más al norte, fuera de la muralla y separada por un pequeño valle, encontramos los restos de una torre circular, la construcción de la cual podría estar datada  dentro del siglo XI.

En el lugar dónde se levantaba el castillo, se construyó en época moderna una capilla dedicada a San Antonio. Por este motivo la montaña es conocida también con el nombre de este santo.