Castilla y León - Provincia de Zamora


Monasterio de Santa María
(Moreruela, Zamora)

41º 48,865'N ; 5º 46,748'O   




Las primeras noticias de una edificación religiosa en esta zona las tenemos antes de las expediciones de Almanzor por estas tierras. El monasterio mozárabe fue destruido y restaurado por los alrededores del año 1042. Noventa años más tarde se inició la construcción de la actual edificación. 


En 1168 se finalizaron las obras de construcción del templo, edificado según los criterios del Cister, que la comunidad monástica había adoptado años antes. Debido al abandono que sufrió el monasterio hoy en día sólo queda en pie la cabecera y parte del transepto. El templo estaba formado por tres naves divididas en nueve tramos. La cabecera estaba formada por un gran ábside con deambulatorio y siete capillas radiales. Por la parte interior destacan las ocho grandes columnas que al unirse forman unos arcos apuntados. Justo encima encontramos el nivel dónde se abren siete ventanales que iluminaban el presbiterio. Entre los ventanales se encuentran los nervios que refuerzan la bóveda de cuarto de esfera del ábside. 


El deambulatorio está cubierto con bóveda ojival, mientras que el transepto la tiene de bóveda de cañón. La cabecera se estructura externamente en tres niveles: el inferior correspondiente a las absidiolas, el de en medio dónde encontramos el deambulatorio y el superior, correspondiente al ábside de la nave principal. En todos  tres cuerpos podemos encontrar contrafuertes que sustentan la estructura y canecillos bajo la cornisa dónde se apoya el tejado.

En el lado derecho del transepto hay una portalada formada por tres arquivoltas de medio punto, hoy cegada. Sobre ella, coronando el muro, se aprecia un rosetón. Sobre el muro del lado izquierdo del transepto se levanta una espadaña construida con posterioridad.


Del resto de dependencias monacales casi no queda nada en pie. Tan sólo podemos ver los restos del trazado del claustro, el cual se comunicaba con el templo a través de una sencilla puerta con tres arquivoltas, fragmentos de la sala capitular y el refectorio.

Actualmente está dentro de una propiedad particular, pero hay un horario en el en que se puede acceder sin ningún problema y disfrutar de la inmensidad de este edificio. La lástima es el estado de dejadez en que se encuentra el monumento y el entorno, lleno de maleza. El estado de ruina y abandono hacen que sea un riesgo pasear por entre sus restos y adentrarse por según qué rincones. Sería conveniente tener un mejor cuidado de este incomparable monumento.