Conocida también como Ermita del Cristo de las Batallas, por que en su interior se conserva esta talla. Cerca de aquí se produjeron muchas batallas, entre ellas la conocida batalla de Toro. 

Nuevamente nos encontramos con muchas similitudes con los otras templos mudéjares de la ciudad. Concretamente las puertas son copias de las de San Lorenzo el Real.

Todo el templo está decorado con arcos de ladrillo ligeramente apuntados, sobre los que encontramos un friso de dientes de sierra.

La nave tiene cubierta de madera mudéjar. El ábside está decorado internamente con dos líneas de arcos con restos de policromía de época gótica.

Adosado al muro sur había un claustro del que no se conserva nada.