Templo consagrado el año 1198 por el obispo Jacobo de Ávila, según constaba en una inscripción, que desapareció al encalarse los muros. Su construcción se prolongó durante el siglo XIII, momento en que se construye la fachada oeste.

Está formado por tres naves cubiertas con bóvedas de yeso de factura posterior, como también lo son los arcos de separación entre las naves. La cabecera la forma un único ábside semicircular muy sencillo. A su lado se levanta la torre campanario, de planta cuadrada. La forman tres cuerpos, que son más estrechos a medida que se gana altura. El último piso data del siglo XIX, cuando se demolió parcialmente la torre debido al riesgo que tenia de hundimiento. 

La puerta del lado norte está formada por cinco arquivoltas decoradas con ajedrezados y con motivos vegetales. En la parte central encontramos un crismón, similar al que podemos ver en la iglesia de San Andrés. Las arquivoltas se apoyaban en dos pares de columnas con los capiteles esculpidos con motivos vegetales. El fuste de las columnas no se ha conservado y algunos de los capiteles están muy deteriorados. El arco interior tiene unas incisiones que nos recuerdan la decoración de las iglesias zamoranas y que también encontramos en el templo de Santa Maria la Vieja.

En el muro sur encontramos otra portalada. La forman dos arquivoltas de medio punto protegidas por un guardapolvo ajedrezado. 

También en el muro oeste había una puerta, ahora cegada