Castella i Lleó - Província d'Àvila
Basílica de San Vicente
(Avila)
40º 39,478'N ; 4º 41,755'O
La tradición dice que en este lugar fueron martirizados los hermanos Vicente,
Sabina y Cristeta. Sus reliquias fueron trasladadas a San Pedro de Arlanza
(Burgos), durante la invasión musulmana. Una vez reconquistada la ciudad se
inició la construcción de la cripta y de la cabecera de este templo. En 1109 se
detuvieron las
obras y no se volvieron reemprender hasta cuarenta años más tarde. Es en
este momento que se construyeron las naves y el pórtico que hay a los pies del
templo. En el siglo XIII se cubrió el cimborio con estilo gótico y se construyó
el pórtico que hay adosado al muro sur. Ya en el siglo XIV se edifica una de las
dos torres de campanario previstas inicialmente.
El templo tiene planta de cruz latina con tres naves divididas en seis tramos.
Las naves laterales están cubiertas con bóveda de arista mientras que la
central tiene una cubierta de crucería, los nervios de la cual descansan en
los capiteles de las columnas adosadas a los pilares. Estos capiteles están
ricamente esculpidos con motivos vegetales y también animales.
La cabecera del templo está formada por tres ábsides semicirculares, el central
de grandes dimensiones. Este está dividido exteriormente en tres sectores
mediante dos finas columnas. Los laterales en cambio, están divididas en dos
sectores. Entre dos impostas decoradas podemos encontrar diferentes ventanas
que iluminan el presbiterio. Las ventanas están rodeadas por una arquivolta que
se sustenta en un par de columnas con los capiteles esculpidos. A ras del
suelo también podemos encontrar unas ventanas de menores dimensiones, que
corresponden a la cripta. La decoración de los ábsides se completa con las
ménsulas decoradas con cabezas de animales, que podemos encontrar bajo el tejado.
En el muro meridional, protegido por la impresionante galería de esbeltos
arcos de medio punto , podemos encontrar una portalada formada por siete
arquivoltas esculpidas con motivos geométricos o vegetales. En el centro de la
primera arquivolta podemos encontrar un crismón. Los capiteles en que se apoyan
las arquivoltas están decorados con aves y bestias luchando. Pero sin duda el
que más llama la atención en esta portalada son las cinco esculturas que hay a
ambos lados de la puerta. Según la tradición, las imágenes de la derecha
corresponderían al rey Alfonso VI y a los mártires Santa Sabina y San
Vicente. En el lado izquierdo está representada la escena de la Anunciación.
La portada occidental es la principal y mantiene muchas similitudes con el
Pórtico de la Gloria de Santiago de Compostela, con la que a menudo se la ha
comparado. Está formada por cinco arquivoltas de medio punto en gradación
sustentadas por diez columnas. En los cuatro pares más interiores se
substituyeron las columnas por ocho figuras de apóstoles, encarados de dos en dos como
si estuvieran hablando, que se completan con dos imágenes más que hay en los
lados de la puerta. Los capiteles y las arquivoltas están decorados de forma
exuberante con motivos vegetales.
En el mainel podemos ver la imagen de un Cristo en majestad. Dos arcos geminados, que contienen un tímpano decorado. Corona la
fachada una moldura dónde podemos ver a figuras de hombres y mujeres, la
mayoría en posiciones curiosas y desnudos, enmarcados dentro de pequeños
arcos.
Dentro del templo, bajo un baldaquín de época flamígera, se conserva el
sepulcro dónde descansan los restos de los tres santos mártires. Este se
encuentra sustentado por doce columnas que se unen formando arcos
polilobulados. Nos encontramos ante un conjunto ricamente decorado dónde podemos
ver un Pantocrátor y escenas del martirio a que fueron sometidos los santos y
también del escultor realizando el sepulcro.
Una vez más no pude fotografiar el interior del templo, por estar prohibido,
pese a que has de abonar una entrada para poder disfrutar de esta iglesia. Pensé que
al existir una tienda y los numerosos carteles que había a la puerta de acceso,
esta prohibición se debía a criterios mercantilistas, para así
vender las pertinentes postales o libros. Mi sorpresa fue comprobar que a pesar
de todo el despliegue publicitario, que colocan en la entrada, casi no disponían
de material que ofrecer a los visitantes. Quería comprar algo para poderme
llevar algunas imágenes de este monumento, pero me fue imposible. Por
increíble que parezca, no tenían nada. Todavía me sorprenden más estas actitudes.
Entendería que no dejaran hacer fotografías y que a la salida te ofrecieran
material, la venta del cual ayude a la conservación del edificio. Pero nada de
nada... ni puedes hacer fotografías con el debido respeto a un lugar de culto
y a un monumento, ni te permiten comprar. Pese a ser una triste tradición en
muchos edificios y ya debería estar acostumbrado, sigo sin comprenderlo.
Las pocas imágenes que he podido encontrar del interior del templo y que os
ofrezco corresponden al Banco de imágenes del
Ministerio de Educación y Ciencia.
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