Iglesia situada cerca de la plaza mayor de la población. El templo se edificó en el siglo XI, pero ha sufrido numerosas modificaciones a lo largo de los siglos. Las trazas románicas han quedado muy ocultas, por construcciones posteriores a excepción de la cabecera. 

Templo formado por una sola nave acabada en un ábside semicircular, de similar factura al de San Salvador, pero mucho más sencillo y deteriorado. El ábside está dividido verticalmente gracias a cuatro columnas adosadas, que tienen los capiteles esculpidos con motivos vegetales y geométricos. En los tres espacios centrales se abren ventanas abocinadas con aspecto de saetera desde el exterior. La decoración del ábside se completa con los canecillos dónde se apoya el tejado. 

Interiormente el ábside es totalmente liso, sólo interrumpido por una moldura esculpida con un ajedrezado. También están esculpidos los capiteles del arco triunfal y de el arco presbiterial. En ellos se han representado motivos vegetales.

La nave está tiene cubierta de madera a dos aguas reforzada con arcos de diafragma.  El crucero fue añadido en época renacentista. 

El templo, como casi todos los de la provincia, tenía un pórtico en el muro sur del templo. Este se demolió muy pronto para poder ampliar una casa adyacente al templo. Como se puede comprobar la especulación ya es una cosa que viene de lejos. Fue en este momento que se construyó el pórtico del lado norte, para proteger la nueva puerta de acceso al templo. 

La torre campanario es muy sencilla y al mismo tiempo robusta. Tiene planta cuadrada y aperturas únicamente en el piso de las campanas. 

En el interior del templo, en el lado sur del crucero, se conserva una bella pila bautismal.

Si en algunos momentos he aprovechado este espacio para criticar la poca sensibilidad con los visitantes o con los que intentamos promocionar nuestro patrimonio, es de justicia hacer también una mención cuando se produce todo lo contrario. La Diputación de Segovia ofrece visitas guiadas gratuitas en algunos monumentos de la provincia. Los dos grandes templos de Sepúlveda están dentro estos monumentos visitables. Y no sólo esto. La persona que hace la visita, además de realizarla de una manera muy amena y con un entusiasmo que te llega a emocionar, me facilitó en todo momento la toma de imágenes de los dos templos. Es por eso que me gustaría agradecer públicamente el trato recibido y el trabajo hecho. Gracias.