El templo parroquial fue construido a finales del siglo XII con una sola nave, acabada  por el este con un ábside semicircular. Bien pronto, quizás incluso dentro del mismo siglo XII, se construye la nave del Evangelio. Desgraciadamente, de este edificio románico casi no nos ha llegado nada, por que en el siglo XVI se reforma completamente el templo. Del edificio románico sólo se conserva parte de la nave añadida y el ábside de la primera.

La nave del Evangelio está cubierta con una bóveda de cañón apuntada, reforzada con tres arcos fajones, que descansan en pilastras adosadas.  En la cabecera de esta nave, rehecha en época gótica, se abre una ventana de esta época, con arco de medio punto y abocinada, protegida por un alfiz flamígero.

El ábside de la nave principal se levanta majestuoso entre las edificaciones añadidas posteriormente. Tiene planta semicircular, si bien está parcialmente oculto desde el exterior y totalmente por el interior por la existencia del retablo mayor.

El tambor absidal tenía tres ventanas abocinadas, protegidas por una arquivolta, que se apoyaba en dos columnas. La ventana del lado norte está parcialmente oculta y ha perdido las columnas. Su arco y la arquivolta están decorados con bolas y puntas de diamante. La ventana central es la que mejor se ha conservado. A más de mantener la decoración de las arquivoltas, también ha conservado sus columnas. En el capitel izquierdo podemos ver a dos caballeros luchando, mientras que en el lado derecho vemos varias cabezas barbudas entre motivos vegetales. Esta ventana también está decorada por la parte interior, si bien los capiteles son de factura más sencilla. En ellos se han representado motivos vegetales, que en época gótica se pintaron, como el resto del ábside. La ventana sur ha quedado oculta por la sacristía.

Las pinturas murales fueron pintadas a finales del siglo XV. Desgraciadamente se han perdido en su mayoría, si bien todavía podemos observar una gran parte en la bóveda absidal. En este espacio se ha representado la Asunción de la Virgen. Maria aparece sobre una media luna y está rodeada de ángeles que sostienen su manto y la corona. En los laterales se representan escenas del martirio de San Sebastián y dos apóstoles.

Desde el exterior podemos ver claramente como el cilindro absidal fue sobrealzado, pero se conservaron algunos de sus canecillos, que se recolocaron bajo el nuevo tejado. Predominan los motivos geométricos, si bien también podemos ver un personaje que sostiene una bota de vino.

En el interior del templo se conserva una pica bautismal del siglo XV. Tiene varios elementos esculpidos entre los que vemos un león, una serpiente y diferentes motivos vegetales.