Pais Vasco / Euskadi - Alava / Araba
Nuestra Señora de la Asunción de Okina
(Bernedo)
42º 45.9,741'N ; 2º 35,295'O
Okina es un pueblo escondido entre montañas, cercano a Álava, por donde pasaba
la ruta del vino y del pescado en épocas medievales
Su
iglesia, situada en una zona de influencia de los templarios, tiene algunos
elementos que nos recuerdan a la cercana iglesia de San Juan de Marquínez.
Está construida con sillares bastante regulares, que forman una
sola nave de planta rectangular con una cabecera plana.
Destaca su puerta apuntada de mediados del siglo XIII.
Está formada por cuatro arquivoltas decoradas con motivos vegetales y
sogueados con pequeñas bolas en su interior, que se apoyan en ocho columnas.
En
el capitel más exterior del lado derecho se puede contemplar una escena de
caza, muy frecuente en la iconografía románica alavesa, donde hay un personaje
que está tocando un cuerno y lleva un bastón o lanza en la mano y a unos perros
acosando un jabalí.
Junto a esta escena hay un león rampante.
El
siguiente capitel ha suscitado diversidad de opiniones.
Algunos estudiosos afirman que se trata de la cara de un caballero con cota de malla,
mientras que otros afirman que es una dama con tocado medieval.
Bajo la mejilla izquierda del personaje hay un castillo de proporciones más
reducidas.
La
decoración del resto de capiteles está formada por motivos vegetales y hojas
de acanto exceptuando uno en la parte izquierda, donde encontramos un busto
muy dañado de una figura que podría ser un soldado con malla en la cabeza.
Los cimacios también están ornamentados con motivos vegetales hechos con la
técnica andresina, decoración que también se da en algunos capiteles.
En
el ábside se conserva una ventana románica, muy reconstruida.
Está formada por dos arcos de medio punto y cuatro columnas con capiteles
decorados con motivos vegetales.
Se
descubrió durante unas obras de restauración dirigidas por los vecinos del
pueblo.
Al
ver que su iglesia estaba muy deteriorada y nadie hacía nada para evitar su
completo abandono, se organizaron para salvarla, recuperando algunos elementos de
su interior y el ábside y gracias a esta acción aún se mantiene en pie.
Desgraciadamente, esta acción, hecha de buena fe pero sin los conocimientos
específicos, ha provocado la pérdida de varios elementos valiosos.
Se
repicaron las paredes, eliminando la capa de cal que las cubría y que en
algunos puntos contenía restos pictóricos del siglo XVI.
También se eliminó la policromía gótica que se había conservado en las claves
de bóveda y los nervios del techo.
La
pila bautismal fue mutilada, pues se recortó la parte superior, a fin de hacerla
más uniforme.
También sufrieron los efectos de esta restauración varios retablos de los
siglos XVI y XVII, que durante las obras no se protegieron de la manera más
adecuada.
Lamentamos la dejadez de las administraciones, que tienen abandonados y en
grave peligro infinidad de monumentos en nuestro país.
Esto hace que la gente que quiere a estos edificios y los siente como propios
intente hacer todo lo posible para dignificarlos, a veces sin acierto.
Lástima que las administraciones no ayuden y asesoren a aquellas personas o
entidades que voluntariamente quieren restaurarlos...
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