Reino de Navarra


Iglesia del Santo Sepulcro
(Torres del Río)

42º 33,067'N ; 2º 16,317'O   




La edificación actual es de finales del siglo XII, si bien parece ser que en la zona había un monasterio ya en el siglo XI. Está relacionada con el orden de los templarios y tiene grandes similitudes con la iglesia de Nuestra Señora de Eunate.


Tiene dimensiones reducidas y planta octogonal, si bien en uno de los lados se abre un ábside semicircular. A su lado encontrado encontramos una torre de forma cilíndrica. Destaca por su verticalidad. En los ángulos del octógono podemos encontrar unas columnas cilíndricas adosadas. Las paredes están dividías en tres pisos, gracias a dos impostas. El cuerpo inferior está formato por muros lisos, excepto en el que encontramos la portalada. Esta es de construcción muy simple. Está formada por unos arcos de medio punto sustentados en dos columnas. 

En el segundo piso podemos ver unos arcos apuntados de descarga. En los muros que se encuentran a ambos lados del ábside también podemos ver una pequeña ventana de medio punto. Está decorada con un arco dovelado de medio punto que se sustenta en unos capiteles decorados y dos columnas. En el piso superior encontramos una ventana en cada lado del octógono. Esta ventana tiene dos arquivoltas, una de las cuales se sustenta en una pareja de columnas El edificio se corona con una pequeña torre o linterna también con forma octogonal.



En el interior podemos contemplar la fantástica cúpula estrellada. Los arcos arrancan de una cornisa decorada con ajedrezado jaqués. Algunos de los arcos apuntados que forman la cúpula, concretamente los que descansan en los ángulos de la nave, se sustentan en unas pequeñas columnas adosadas acabadas en ménsulas esculpidas. A la altura de la cornisa y en mitad de cada muro podemos ver dos ménsulas, prácticamente unidas, de dónde parten el resto de arcos.

El ábside se comunica con la nave a través de un arco triunfal apuntado, que descansa sobre dos columnas con los capiteles esculpidos. En uno se representa el Descenso de la Cruz, mientras que en el otro podemos observar la Resurrección de Cristo, con el sepulcro vacío.

En el ábside podemos observar otra joya del románico. Se trata de la talla del Cristo de los cuatro clavos.