A primera vista, se diría que se trata de una iglesia del norte de Europa, pero nos encontramos ante un templo situado en la cima del Muskilda, a más de 1000 metros de altura en pleno valle pirenaico de Salazar .

La ermita, la casa del ermitaño y la casa del cura están rodeadas por un pequeño muro de piedra, lo que impide acceder al templo, ni tan solo verlo desde el exterior, fuera de los horarios de visita.

Fue edificada en el siglo XII, durante el reinado de Sancho VII de Navarra, conocido como el Fuerte.

El templo tiene planta rectangular, formado por tres naves divididas en cuatro tramos. Esta división es visible desde el exterior gracias a los contrafuertes añadidos posteriormente.

La separación entre naves se realiza mediante tres arcos formeros de no mucha altura, que se apoyan en columnas muy bajas, decoradas con una moldura con bolas. También se apoyan en estas columnas los arcos fajones que refuerzan las bóvedas de las naves. En el caso de la nave central, la cubierta es apuntada, mientras que en las laterales encontramos bóvedas de cuarto de círculo, también apuntadas.

También en una época posterior la cabecera actual, edificada entre los siglos XVII y XVIII. Para la construcción de un camarín y de la sacristía se derribó la original cabecera románica, de la que se desconoce su forma original.

Separado del resto del templo por una reja del siglo XV, encontramos un retablo barroco donde hay una talla de madera policromada de la Virgen y el Niño datada a finales del siglo XIV, pero que mantiene la tradición románica. Según la leyenda, se trata de una virgen encontrada.

En esta reforma también se construyó el campanario de torre, que se alza sobre el sector más occidental de la nave central y la puerta de entrada, que se construyó en el muro oeste.

El templo tiene otra puerta, en el muro sur y de factura románica.

Está formada por tres arcos de medio punto lisos, dos de los cuales tienen una escocia decorada con una hilera de bolas y guardapolvo liso.