Formaba parte, muy probablemente, de un pequeño núcleo urbano situado en la ladera de Peña Oroel. Fue construida a finales del  siglo XII. Como la población a la que servía, empezó a arruinarse.

En la década de los 70 se desmontó piedra a piedra y se trasladó a su ubicación actual: el Paseo de Oroel de Jaca. Durante las tareas de reconstrucción se hicieron algunas modificaciones  respecto al templo desmontado. La nave se acortó y la portalada, que estaba en el muro sur, se situó a los pies de la nave. Pese a estos errores, se salvó el monumento de su total desaparición.

Tiene única nave acabada en un ábside semicircular, que tiene una ventana de doble derrame. Interiormente tiene una sencilla moldura en el arranque de la bóveda de cuarto de esfera que lo cubre. Exteriormente podemos ver los canecillos lisos donde reposaba el tejado.

La portalada está formada por tres arcos de medio punto dovelados en gradación. El central está decorado con tres filas de pequeñas bolas. Corona la portalada los restos de un pequeño tejaroz que se apoyaba en canecillos esculpidos, hoy muy deteriorados.