El rey Pere el Ceremonioso, en 1357 ordenó derruir la mitad del pueblo y fortificar la otra mitad. Esta decisión fue tomada para proteger el paso hacia Calatayud, durante la "Guerra de los Pedros" en que se enfrentaba al rey de Castilla, Pedro el Cruel.

De la muralla construida sólo queda en pie una torre, que cumplía también las funciones de puerta. Tiene planta  rectangular con un arco apuntado y estaba construida con piedra. En el siglo XVI se va sobrealzó con dos plantas más, hechas con ladrillo. La superior es especialmente interesante por sus dos hileras de arcos típicos aragoneses, que recuerdan la torre de la Zuda, en Zaragoza.  Originalmente estaba rematado con un tejado a cuatro aguas, pero debido a su mal estado se sustituyó por el actual. Es una lástima ver este interesante monumento en un estado tan lamentable de conservación. Esperamos pero, que si algún día se decide restaurarlo, no se cometa la aberración que se hizo en el último piso del campanario de la iglesia parroquial, donde se sustituyeron completamente todos los ladrillos y actualmente tiene un aspecto de excesiva modernidad. A más a más, dicha reconstrucción se hizo con materiales mucho más claros que los originales. El campanario ha perdido todo su valor y encanto. 

Esta torre formaba parte de la muralla que protegía la población siguiendo el curso del río Manubles. El acceso al casco urbano se hacía a través del bello puente de piedra de dos ojos.