La iglesia parroquial de San Salvador fue edificada en el siglo XII, si bien su fábrica ha sido profundamente alterada a lo largo de los siglos. Se construyó en un lugar donde previamente hubo una torre defensiva de planta circular, de la que sólo queda su perímetro.

Fue edificada con una sola nave rectangular, rematada al este por un gran ábside, que tiene dos lesenas. En la parte central se abría una amplia ventana, cegada en alguna de las reformas que ha sufrido el templo. El interior está oculto por la instalación de un retablo.

El interior no ayuda a discernir qué partes son románicas y cuáles no. La bóveda de la nave es de perfil apuntado, probablemente es el fruto de alguna reconstrucción. En los muros laterales se abrieron varias capillas.

Una de ellas se construyó a los pies de la nave, en un cuerpo adosado al muro oeste. Destaca su techo, hecho con una bóveda de crucería estrellada y los escudos de la familia Broto en la puerta de acceso.

También los pies de la nave se hizo un coro elevado, debajo del que encontramos una bella pila bautismal.

En el muro sur se construyó una estructura, que actualmente parece más un almacén de trastos, donde incluso encontramos un carro funerario en desuso. Esta estancia fue en sus orígenes una galería porticada, un elemento poco frecuente en tierras aragonesas.

Tiene un arco de medio punto en cada uno de sus extremos este y oeste, a modo de accesos. En el muro sur del templo se apoyan tres arcos de cuarto de círculo, que reforzaban la bóveda. Posteriormente se sobrealzó esta estancia y se cerró con un muro el espacio existente entre la galería y la cabecera.

Si accedemos a este espacio por el lado oeste, vemos a nuestra derecha una hornacina, que probablemente corresponde a un antiguo ventanal de la galería, ahora cegado. En el segundo tramo, vemos una columna con capitel liso, que separa dos aberturas rectangulares. En el tercer tramo no se vislumbra ningún otro apertura, probablemente oculta por los añadidos posteriores.

Actualmente este espacio, totalmente abandonado y con las vigas de madera desplomándose, sirve de acceso a la iglesia y el cementerio local, situado detrás de la cabecera del templo. Esperamos que la restauración que se está realizando en todo el templo, también afecte esta estancia y aporte más luz sobre sus elementos, ahora ocultos.

La actual torre campanario se añadió posteriormente. La original se encuentra adosada en el lado norte del templo, junto al presbiterio. Hoy en día sólo se conserva su nivel inferior, que apenas se levanta un poco por encima de la nave.

La nueva torre, que domina el valle del río Ara y que se comunica visualmente con los castillos de Boltaña y de Aínsa, tiene cuatro tramos, separados por una moldura lisa.

Los tres inferiores sólo tienen aberturas de pequeñas dimensiones en forma de aspillera, reforzando su carácter defensivo. En el último piso se abre una gran ventana de medio en cada uno de sus muros, donde se alojan las campanas.

Ante el templo se conserva un esconjuradero, desde él tenemos unas sensacionales vistas del valle del río Ara.

También vemos una cruz de hierro, situada sobre un capitel, probablemente de origen romano y una columna decorada.